Que ver en Corcubión

Corcubión, terra de sosiego y bravura

Patrimonio Cultural

Faro del Carrumeiro Chico

Patrimonio arquectónico

Tipo

baliza de señalización

Situación

42° 54’ 28’’ Lat. N e 9° 10’ 45’’ long. O.

Autor

Salvador López Miño

Situación jurídica

depende de la Autoridad Portuaria de A Coruña

Altura del suelo a la luz

7,78m

Altura de la luz sobre el mar

15,78m

Alcance de la luz sobre el mar

11 millas (20km)

Característica distintiva

apariencia de un grupo de 2 haces blancos cada 14 segundos

La entrada al puerto de Corcubión, como importante enclave comercial y como lugar de refugio para los barcos en caso de temporal, se veía complicada por la presencia, por un lado, de las Islas Lobeira y, por otro, por los bajos del Carromeiro Grande y del Carromeiro Chico, lo que fue motivo de no pocos naufragios.

El primer balizamiento de esta zona de bajos fue una boya de campana instalada en 1863. Ya que uno de los peligros de este lugar era la niebla, se decide instalar este tipo de boya que es capaz de emitir una señal acústica para alertar a los navegantes. Pero las rompientes que se forman en el bajo con los temporales la hicieron desaparecer.

En 1900, el empresario y político Plácido Castro Rivas, pidió al Ministerio de Fomento que se señalizase de nuevo el bajo del Carromeiro Chico debido al aumento del número de barcos de vapor que entraban en la ría para abastecerse de carbón en sus depósitos flotantes. El Ministerio, después de hacer los estudios correspondientes, optó por señalizar la zona con un trípode metálico. Se trataba de una estructura de piezas de sección circular de acero macizo, apoyadas sobre cubos de hormigón de fraguado rápido, incrustados mediante agujeros en la roca, con forma de trípode a 10 metros de altura coronado por una plataforma sobre la que se instaló una esfera, quedando ésta a 11,6 metros sobre el nivel del mar, siendo visible, con tiempo claro, a una distancia de 11,35 millas. Su instalación se finalizó el 1 de septiembre de 1903, pero a los pocos días, a causa de un fuerte temporal de viento y mar, fue derribada. El 28 de febrero de 1904, para sustituir provisionalmente el trípode se instaló un bocoy pintado de rojo, pero también acabó desapareciendo del lugar el 14 de abril de ese mismo año. Posteriormente, en 1907, se fondeó una boya cónica en 23,3 metros de agua para balizar de forma provisional el Carromeiro Chico. Esta permaneció hasta la construcción de la baliza definitiva, sufriendo las consecuencias de los temporales, que la barrieron varias veces de su emplazamiento y volvió a ser fondeada nuevamente.

Finalmente, después de todos los intentos para señalizar el Carromeiro Chico, se trató de construir una baliza capaz de aguantar los embates de los fuertes temporales de la zona. El proyecto para su construcción fue redactado por el ingeniero Salvador López Miño, consistente en una torre maciza troncocónica de hormigón hidráulico revestida de sillería, de 10 metros de altura, coronada por un círculo de 5,58 metros de diámetro, sobre el que se colocaría la iluminación. El proyecto para la instalación de la luz fue redactado por el ingeniero Rafael de la Cerda. El primer cuerpo de la baliza se terminó el 12 de enero de 1916 y el segundo el 24 de octubre de ese mismo año. Para la puesta en funcionamiento de la luz hubo que esperar hasta el 11 de noviembre de 1917. A este punto también se le conoce como “El Cementerio de los barcos Griegos”, pues hubo numerosos naufragios en sus alrededores, destacando el de los vapores griegos Manoussis (1920), Constantinos Pateras (1922) y Mount Parnes (1935), entre otros.