Que ver en Corcubión

Corcubión, tierra de sosiego y bravura

Patrimonio Cultural

A "Casa do Pirata"

Patrimonio arquectónico

Localización

Plaza de Castelao, 14

Cronología

siglo XVII

Situación jurídica

propiedad privada en uso

Este es otro de los edificios singulares de Corcubión. En su fachada se aprecia un escudo con seis cuarteles en los que se identifican la cabeza de lobo de los Moscoso (cuarto cuartel), el ajedrezado de los Bermúdez (quinto cuartel) y los seis roeles de los Castro (sexto cuartel).

A esta casa también se le conoce con el nombre de “La Casa del Pirata”, pues ya en el siglo XIX vivió en ella el bravo capitán José Agramunt y Figueroa, quien nació en Corcubión el 24 de febrero de 1833, aunque su familia era de origen valenciano. Uno de sus antepasados fuera un conocido corsario asentado en Fisterra. José Agramunt, al igual que muchos de sus antepasados, dirigió sus estudios al mundo de la navegación de altura hasta obtener el título de piloto y, posteriormente, el de armador. En su época este hombre fue famoso por el hecho que ocurrió la noche del 26 de diciembre de 1876, cuando a bordo de su bergantín goleta Liberto estaba navegando entre el Cabo de Gata y Roquetas, después de tomar un cargamento de sal en Torrevieja con destino a un puerto del Cantábrico. Esa noche, la tripulación bajo su mando se amotinó.

La intención de la tripulación era matar al capitán para hacerse con el cargamento de sal. Para eso aprovecharon la noche, mientras éste dormía, para entrar en su cámara y propinarle dos disparos de revólver en su cabeza. Pero no consiguieron acabar con su vida: el capitán se levantó y salió tras ellos, recibiendo un hachazo en la espalda y otro disparo más que tampoco conseguirían acabar con él. El capitán fue capaz, en su grave estado, de acorralar a los amotinados y encerrarlos en el rancho de proa y poner al contramaestre bajo sus órdenes. Hizo conducir el barco al puerto de Almería, a donde llegaron en la mañana del 27 de diciembre. Consiguió entregar los tripulantes a las autoridades y a él lo trasladaron al hospital, donde falleció aún días después, el 5 de enero de 1877.

De los cinco tripulantes, uno falleció como consecuencia de un disparo recibido por error a bordo. El resto de los amotinados estuvieron unos días en la prisión del puerto de Almería y después fueron trasladados al penal de la Carraca en San Fernando (Cádiz). Durante el desarrollo del proceso, el contramaestre falleció, supuestamente, de muerte natural, por lo que sólo quedaron tres tripulantes para juzgar. Durante el consejo de guerra que tuvo lugar en San Fernando el 28 de enero de 1878, dos de ellos fueron condenados a cadena perpetua y el otro a 14 años de prisión. Pero las autoridades recurrieron esta sentencia y, finalmente, los tres tripulantes fueron condenados a pena de muerte y, además, a pagar 5000 pesetas a la madre del capitán. Para llevar a cabo la ejecución los tripulantes fueron trasladados de nuevo al puerto de Almería, donde se llevó a cabo el 25 de octubre de 1878.

En el siguiente enlace se pueden consultar con detalle todos estos hechos: Ver ligazón