Que ver en Corcubión
Corcubión, tierra de sosiego y bravura
Patrimonio Natural
Playa de Quenxe
La playa de Quenxe se trata de una pequeña y recogida playa urbana de 350 metros de longitud y de arena blanca. Cuenta con un paseo marítimo que bordea toda la playa y por la que se puede llegar hasta el pueblo de Corcubión a través del puerto.
Es detrás de esta playa donde se aprecian los restos de algunas de las antiguas fábricas de salazón que funcionaban antiguamente en Corcubión.
La playa de Quenxe, junto con la de Santa Isabel (esta última situada en la entrada del pueblo) están declaradas como “Playas sin Humo” dese el año 2017, dentro de la Red gallega de playas sin humo, incluida en el Programa Gallego de Promoción de una Vida Sin Tabaco, iniciativa de la Dirección General de Salud Pública para promover que no se fume en las playas. La finalidad de esta iniciativa no es recaudar, sino que su único objetivo es la promoción de la salud y la protección del medio ambiente, por eso su cumplimiento es voluntario.
Las “Playas sin Humo” disponen de un cartel donde figura tal distinción, lo cual sirve para indicar si se trata de una playa donde no se fuma en toda la zona del arenal a partir de la señalización, quedando excluidos de esa prohibición las zonas al aire libre de los locales de hostelería que estén situados en la playa.
Cabo Cee
A 4 kilómetros del pueblo de Corcubión (en dirección a Fisterra) encontramos el Cabo Cee, desde donde podemos disfrutar de una bonita panorámica de la ría de Corcubión. A la derecha se puede divisar el Cabo Fisterra, a la izquierda la mole granítica del Monte Pindo, cuya cima se encuentra a 627 metros sobre el nivel del mar.
Desde aquí también se aprecian las Islas Lobeira (la Grande y la Chica), así como el Carromeiro Grande o Viejo (hacia el lado de O Pindo) y el Carromeiro Chico o Nuevo, conocido también como el Cementerio Griego por los naufragios de varios vapores griegos en los bajos ahí situados.
Islas Lobeiras
Las Islas Lobeira son dos pequeños archipiélagos formados por rocas que reciben el nombre de Lobeira Grande, localizada a 2,8 kilómetros de la costa, y Lobeira Pequeña o Chica, a 1,5 kilómetros. Están situados en la ría de Corcubión, frente a la denominada Costa da Cabra. El tamaño de las dos islas es de 12 hectáreas, cuando baja la marea se pueden ver pequeños arenales formados por trozos de conchas.
Las dos islas están dentro de la Red Europea de Espacios Protegidos, por lo que constituyen espacios naturales de gran importancia en la conservación de nuestro medio ambiente.
El origen del nombre Lobeiras no está del todo claro, aunque lo más probable es que su nombre haga referencia a que en otras épocas fuese visitada por lobos marinos. Pero también existe otra versión que es que los marineros consideraban estas islas como un peligro para la navegación, que esperaban escondidas como un lobo a que un barco chocase contra ellas y así poder “comer” a sus tripulantes.
Las islas son ambientes muy frágiles y vulnerables. La introducción o la llegada accidental de nuevas especies invasoras supone una grave amenaza para los animales y plantas que viven en esos lugares únicos, ya que se pueden ver desplazados e incluso llegar a desaparecer. Por eso es tan importante protegerlas de depredadores ajenos como gatos, ratas, zorros y otros, así como de la llegada de plantas exóticas.
Bajo el agua que rodea a las Lobeiras viven numerosas especies de animales y plantas: algas, erizos, cangrejos, estrellas de mar, peces y otros muchos organismos que constituyen verdaderas reservas de vida de las que nos aprovechamos, entre otros, los humanos.
En la Lobeira Grande hay un faro construido en 1906. En su momento costó 5.246 pesetas y 27 céntimos. El edificio fue abandonado en 1924 e incluía la vivienda del farero, un almacén de alimentos y mercancías y una oficina para el ingeniero del faro. Actualmente su interior está derruido.