Que ver en Corcubión

Corcubión, tierra de sosiego y bravura

Patrimonio Cultural

NAUFRAGIOS

Patrimonio subacuático

De sobra son conocidos los numerosos naufragios que sucedieron en A Costa da Morte a lo largo del tiempo. Algunos por temporales, otros por averías, lo cierto es que son muchos los restos de buques que se localizan en el fondo de nuestras costas.

En la ría de Corcubión también fueron numerosos los naufragios. Es de destacar la zona del Carromeiro Chico, conocida como “El Cementerio de los barcos griegos” por los diferentes hundimientos de vapores de esta nacionalidad, como el Manoussis (23 de mayo de 1930), el Constantinos Pateras (10 de mayo de 1922), Maria Kastanou (mayo de 1930) o Mount Parnes (14 de febrero de 1935). Además de estos buques griegos hubo naufragios en este lugar de barcos de otras nacionalidades entre los que destacan el ruso Marie (28 de enero de 1910), el noruego As Lagnford (23 de octubre de 1907) o los ingleses Rosalie (7 de octubre de 1905) y Albión (2 de mayo de 1908).

De entre los barcos hundidos en las aguas que rodean Corcubión son de destacar los siguientes:

  • El galeón San Jerónimo, perteneciente a la Armada de Padilla, se hundió en la Punta do Diñeiro (entre el Cabo Cee y Cabo da Nasa), en 1595.
  • La balandra inglesa Abeana: entró de arribada a finales de enero de 1821 y se hundió el 8 de febrero cuando intentaba hacerse de nuevo a la mar en la costa de Redonda.
  • La balandra francesa Societé de Saint Malo se hundió el 23 de septiembre de 1822 en la costa de Redonda. En este suceso falleció el capitán, cuyo cadáver apareció en la playa de A Mariña, donde fue enterrado.
  • El bergantín asturiano Arrogante se hundió el 7 de abril de 1856 en las inmediaciones de la Punta de Quenxe. Su tripulación fue socorrida en una de las fábricas de salazón que había en la playa, propiedad de don Agustín Sagristá.
  • La brick-barca portuguesa Rio Ave, hundida entre A Mariña (pasando el Cabo Cee) y el Cabo da Nasa el 4 de enero de 1857.
  • El laúd español, de matrícula de Villajoyosa, llamado Joven Ignacio, se hundió el 8 de noviembre de 1871. Esta embarcación entró con fuego en su carga de carbón y para intentar salvarlo fue varado en la playa de Corcubión; pero como el fuego no se apagaba la solución fue hacerle unos barrenos en el casco para que entrase el agua, por lo que finalmente quedó sumergido.
  • La corbeta española Sisarga, con matrícula de Coruña, varó en la Punta de Quenxe después de entrar en la ría con averías. En la madrugada del 3 al 4 de febrero de 1872 quedó de nuevo a flote y sin gobierno, pero acabó hundiéndose en las inmediaciones del nuevo muelle.
  • El vapor inglés Derwentwater se hundió el 14 de noviembre de 1890 en la Isla Lobeira.
  • El bergantín-goleta María Joaquina, de bandera española y matrícula de Vigo, se hundió a principios de enero de 1895 en la Isla Lobeira.
  • El vapor Nuestra Señora del Carmen, perdido el 3 de noviembre de 1901 en una zona cerca del Cabo Cee, entró en la ría para repostar carbón y, tras tocar fondo, se produjo una vía de agua que causó, finalmente, su hundimiento.
  • El vapor griego Polynnia se hundió en la Isla Lobeira el 11 de junio de 1904.
  • La goleta María Segunda, con matrícula de Muros, fue arremetida por el vapor noruego Reim cuando ambos abandonaban la ría en las proximidades del Carromeiro Grande el 15 de julio de 1910. No hubo víctimas, pero este último vapor no prestó ayuda a la tripulación que consiguió ponerse a salvo en un bote que llevaban a bordo.
  • El vapor inglés Cisneros entró en Corcubión el 4 de abril de 1925 con un incendió a bordo de grandes proporciones. Fue varado cerca de la playa de la Seca, en el pueblo de Cee (enfrente a Corcubión). Debido al alcance del incendio quedó inservible para la navegación, por lo que fue, finalmente, desguazado en la playa de Corcubión, entre las escaleras que hay cerca del puerto y el relleno.
  • El vapor inglés County of Cardigan traía una vía de agua y el capitán, para intentar salvarlo, lo embarrancó en las inmediaciones del Cabo Cee el 20 de mayo de 1925. Venía cargado con 500 toneladas de maíz procedente de Braila (Rumanía). En los días posteriores el temporal hizo que el mar le causase graves daños en el casco que hicieron imposible su salvamento; aun así, pudo recuperarse parte de la carga de maíz.
  • El pontón Sorrento, una antigua corbeta italiana usada como depósito flotante de carbón, fue a pique en el mes de enero de 1927 en su fondeo por una vía de agua, estando cargado de carbón, cerca de la Punta de Quenxe. Los restos aún se encuentran en el mismo lugar en el que se hundió.