Historia de Corcubión
Corcubión, tierra de sosiego y bravura
Época Contemporánea
En el siglo XX Corcubión sufre la emigración como el resto de Galicia. Una muestra de esta intensa emigración, principalmente a Buenos Aires, es la construcción en la capital argentina de la Sociedad Agraria y Cultural de los Hijos del Partido de Corcubión (1923), que más tarde pasó a llamarse Asociación Benéfico Cultural del Partido de Corcubión, llegando a tener más de 3000 socios. Muestra de su actividad cultural fue la publicación de la Revista Alborada o la construcción de numerosas escuelas en el territorio del Partido.
Destaca en esta época la familia Miñones, pues ellos fueron los que se beneficiaron directamente de la emigración, ya que monopolizaban el negocio del transporte ultramarino. Esta familia tendrá un papel importante tanto en la vida política como en la vida económica de Corcubión, siendo D. Manuel Miñones Barros la figura de mayor relevancia dentro de la familia.
Otra familia destacada de la sociedad corcubionesa fue la de los Carrera. José Carrera fue el prototipo de “indiano” que emigró muy joven a América Latina y allí amasó una gran fortuna, pero nunca se olvidó de su tierra natal, dejando en su testamento importantes donativos para su tierra de origen.
En la actualidad Corcubión es cabeza de Partido Judicial y concentra la mayoría de los servicios administrativos su declaración como Conjunto Histórico-Artístico en 1984 contribuyó a mejorar su conservación y su desarrollo turístico. También fue declarado Municipio Turístico Gallego por la Xunta de Galicia en el año 2000. Cabe decir también que, anteriormente, en 1964, Corcubión recibió el “Premio Nacional Conde de Guadalhorce” al embellecimiento de las travesías de poblaciones situadas en la Ruta Jacobea. Poco después, en 1967, recibió el “Premio Nacional de Turismo y Embellecimiento y mejora de los Pueblos Españoles”.
Todas estas declaraciones indican el gran patrimonio cultural que tiene Corcubión. Sus calles son testimonio de un importante pasado materializado en su rico patrimonio donde lo religioso, lo civil y lo popular conviven en perfecta armonía.